lunes, 25 de abril de 2011

Sin especial sentido


(Ella) cierra los ojos y siente la música.
Las vibraciones del diafragma dictan los movimientos de su pecho, cimbrea la cintura. El pelo, largo, vuela en todas direcciones. La piel se le pone de gallina al sentir su caricia, escalofrío por su espalda. Gira la cabeza, el cuello suelto. Pierde conciencia de lo que la rodea, sólo está ella, sólo existe ella. Ella y la música. Sus movimientos con suaves, como el agua. Fluidos. Sus movimientos son duros, como las piedras. Convulsos. Duras aristas son sus codos, gelatina sus rodillas, incitantes sus caderas.
Los ojos cerrados, siente la música.

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