-Hazlo fácil, entonces.
-¿Y dónde metes la aventura? Si pudieras mirarme y ver ese extraño sentimiento (que no es ni un te quiero, ni un me gustas ni nada que pueda expresarse con palabras) en mis ojos, tu simplemente dirías: sí o no. Y entonces, todo habrá acabado.
-¿Incluso si dijera que sí?
-Incluso si dijeras que sí.
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